miércoles, noviembre 01, 2006

El spangenhelm (4): Todo brilla y me refleja

Retomemos la historia donde la habíamos dejado. Estábamos lijando las piezas del yelmo al 1200, tarea sin duda ardua y cansada.

Antes de seguir con el pulido, os voy a hacer partícipes de un oscuro secreto de las superficies lijadas al 1200. Un secreto inconfesable, y al alcance de muy pocos. Apenas unos contadísimos armeros a lo largo de la historia lo han conocido. La inmensa mayoría de los expertos en metalurgia son ajenos al mismo. Tan sólo algunos inciados hemos topado con él. Sed discretos y no divulguéis el

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Arcano de las superficies de hierro lijadas al 1200

Cuando tu perro babea sobre una superficie de hierro lijada al 1200, y no te das cuenta hasta aproximadamente una semana más tarde, la oxidación de la pieza no sale con un trapito. Ni con lija de 1200. Ni con lija de 600. Hay que volver a empezar desde el 400.
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(Podéis imaginar el alto precio que he tenido que pagar para alcanzar este nivel de revelación)


Una vez resuelto el pequeño percance con la fiel y excesivamente cotilla mascota, podemos seguir con el pulido.

Recientemente el maestro Eugenio me ha contado métodos alternativos (y mucho más descansados) de pulir hierro, ahorrando el tedioso lijado manual y llegando a buenos resultados mediante el empleo de discos de sisal. Sin duda es lo que haré en la próxima pieza, si no lo he hecho en este yelmo ha sido por desconocimiento, no creáis que el método de este blog quedará mejor, ni nada por el estilo.

Porque el desconocimiento es la nota imperante cuando intentas averiguar cómo hacer un pulido realmente fino. Una vez sabes lo que buscas, hay todo tipo de herramientas y pulimentos, pero lo chungo es saber qué necesitas. A menos, claro, que tengas esta dirección que acabo de descubrir (to good hours, green sleeves)

Empecemos por la pasta de pulir. En la imagen podéis ver la pasta marrón y azul que conseguí en Leroy Merlín, junto con la herramienta que utilicé para aplicarlas. Porque la pasta de pulir es como los caramelos sugus: los colores marcan la diferencia. De hecho, en el mundo anglosajón parece haber una codificación de colores realmente increible para los pulimentos, pero aquí es complicado encontrarlos (Hay una tienda cerca de Atocha especializada en pulido, pero aún no la he visitado)

Incluso con los pulimentos de Leroy Merlín hay dudas. Se supone que el más gordo es el marrón, y el más fino el azul, aunque no lo pone más que en alguna publicidad de internet, y hay quien dice lo contrario... bueno, el caso es que al final queda bien en ese orden.

Pues lo dicho: pasadita con el marrón, y pasadita con el azul (no usar el mismo disco, que entonces contaminas la segunda pasada)

La técnica es sencilla: pones el disco a girar, y apoyas la pastilla en el disco para que se impregne bien. Lleva una especie de cera y se pega sin problemas (genial, la idea ésta de la cera). Luego vas pasando la pieza a pulir (ya sabéis, guantes al canto) Después quitas todos los asquerosos pegotes de cera que han pasado a la parte de atrás de la pieza, a tu calzado, al suelo (a quién se le ocurriría la mierda de idea de la cera)

Una vez bien pulidito queda muy mono, de todas formas yo le di un abrillantado final con un pulimento Titán de los que encuentras en cualquier droguería y un disco de algodón.

El resultado final salta a la vista. En la imagen de al lado tenéis la comparativa entre el lijado a 1200 (a la derecha) y el pulido a espejo (a la deslumbrante izquierda) Ese tipo increiblemente atractivo que se ve perfectamente reflejado en la pieza de la izquierda soy yo sacando la foto. Parece que la cosa merece la pena, ¿verdad?

Y así vas puliendo pieza a pieza hasta que terminas con todas las piezas del spangenhelm (que son varias)

En la imagen se aprecia el increible resultado, podéis ver hasta el ventilador del techo de mi salón. Las piezas han quedado realmente increibles, aunque tendríais que ver cómo ha quedado el suelo de la habitación donde trabajo a cuenta de la cera de las narices.

Y con esto (¡tachán, tachán!) hemos terminado de dar forma al hierro que formará nuestro casco. Pero eso no significa que hayamos terminado: aún nos falta remachar las piezas entre si, y ponerle el interior de cuero. Todo eso lo contaremos en próximas entregas, pero por el momento os dejo con esta impresionante imagen del casco, bien pulidito, y en modo hellraiser:


7 comentarios:

Anónimo dijo...

JAAAAARLLLL,
Te ha quedado de la leche ese pulido a espejo!!!! Joder, si parece cromado...
Menuda paciencia que gastas, chavalote.

Anónimo dijo...

Axil se me olvidó comentarte una cosilla, en las recreaciones te matan(falta de rigor histórico o cosas de esas de puristas,que si se heredaban de padres a hijos,que si el uso que se limpiaban pero no pulían etc)si llevas el casco a espejo,suelen ir más bien como dos pasos más atrás en tú pulido,eso y que el día que llueva riete de tú perro,que el se sacude pero tú spangenhelm no,ya te veo con una bolsa del sabeco(otra vez los puristas blablabla...) a modo de maruja de 60 años recién salida de una peluquería en tarde lluviosa .

un saludo.

Axil dijo...

Para Botax:
Es halagador que alabe mi paciencia puliendo alguien que se ha pulido un Audi con un algodón. ¿Le metemos mano a la Speed Triple?

Para Sec: ¿¿¿Y ME LO DICES AHORA, PEASO DE...??? ;-DDD
No, en serio, ya había pensado que la cosa era un poco exagerada, pero para darle un cierto aire de antigüedad creo que va a ser mejor pulirlo primero y después tratarlo química o mecánicamente para darle una patina uniforme, y no dejar los arañazos demasiado visibles del lijado.

En su momento localicé algún artículo sobre cómo envejecer superficies de metal pulido, ahora mismo no lo encuentro, pero supongo que se podría hacer con un ácido suave (¿vinagre?)

Además, este yelmo en particular va a necesitar una buena capa de disimulo, porque ha sufrido un par de accidentes con el martillo durante el remachado, y digamos que el espejo empieza a ser más bien deformante... (esta puntería mía con el martillo es lo peor)

Anónimo dijo...

Ya, pero a mo me obligaban...

Creo que te avisaré cuando tenga que poner a mi niña guapa para la venta, el deposito, en la zona de mi airbag personal, ya no es lo que era...

Si despues de la paliza que te has metido a pulir, ahora lo envejeces, es que eres mas masoquista de lo que pensaba. Ademas, si cumples con tu intención de ir a Hastings, no creo que despues de eso tengas que envejecer nada...

Anónimo dijo...

hola soy juanjo de zaragoza tu trabajo resulta muy interesante hasta el punto de animarme a la construccion de uno casco parecido al tuyo pero tengo una duda.como se consige dar la forma curbada a las 4 piezas de metal del casco las que van remachadas a las tiras tambien de metal? gracias de antemano y enhotabuena por la pagina

Axil dijo...

Hola, Juanjo de Zaragoza.

Antes de nada, he visto tu comentario de milagro, por lo general sólo reviso los comentarios del post más reciente. Para otra vez, pon los cometarios en la entrada más reciente, si no, lo más probable es que no las vea.

¿Cómo dar forma a los triangulitos? Pueeees... a martillazo limpio.

Primero tienes que hacerte con una superficie para realizar ese abombado (unos rebajes en un tocón de encina son más que suficientes)

Luego tienes que hacerte con un martillo adecuado (hay un post en el blog al respecto de cómo fabricar uno a partir de un martillo de mecánico)

Y después, tienes que liarte a golpes con la chapa, con cuidado de no pillarte un dedo, e intentando que quede una superficie lo más regular posible.

Creo que puedes encontrar información mucho más detallada en la web de Arador, échale un vistazo, y si te puedo ayudar con alguna duda, ya sabes dónde estoy

Héctor dijo...

Buenisimo

he estado buscando informacion sobre esto y me parece un trabajo espectacular