domingo, febrero 21, 2010

Teruel 2010: Ricitos de oro y los osos.

Sí, ya sé que todos esperáis una crónica de los más subrealistas acontecimientos de la fiesta de Las Bodas de Isabel de Segura, bonito evento medieval en la hermosa ciudad de Teruel.

Mudéjar y chiringuito

Pues no.

En lugar de eso, os voy a contar un cuento. El de Ricitos de Oro y los ositos.

Porque ya sabéis lo que dijo Ricitos de Oro:


- Alguien se ha tomado mi sopita.

Llegamos bastante tarde, y los Fidelis, que son unos encantos, nos invitaron a cenar. ¡Estreno de mesa!


- Alguien ha dormido en mi camita.

Y es que, efectivamente, tres osos durmieron en aquellas camitas.

El primero de los osos roncaba rugía con un poderío descomunal. Eran unos ronquidos rugidos ambiciosos y demoledores, unos ronquidos rugidos que hacían temblar los cimientos del mundo, unos ronquidos rugidos que hablaban de destrucción y apocalipsis.

El segundo de los osos roncaba rugía de una forma mucho más entonada y conversacional. Sus ronquidos rugidos lanzaban preguntas que, a su vez, respondían. Seguían el ritmo de una acalorada diatriba, para después reducirse a una tranquila conversación, que finalmente se transformaría en un nuevo intercambio de preguntas, y vuelta a empezar.

El segundo oso, que por fin se ha apuntado a venir a una de estas historias. ¿Os acordáis de mi amigo Truvor? Aquí le tenéis, muy cariñoso con S.

El tercero de los osos ronca ruge de una forma suave y melodiosa, algo armonioso y apenas perceptible. No sé por qué G. se empeña en decir lo contrario y en darme de leches por la noche para que deje de hacerlo, la verdad.

La segunda noche, nuestro amigo C. decidió emigrar al rincón más aislado de la guarida, diciendo no sé qué de que los rugidos no le dejaban dormir.


- Alguien ha usado mis escuditos (es posible que esta parte no os suene, pero eso es porque ésta es la versión extendida del cuento)

Observad mi expresión de codicioso mercader, y la sonrisa de LosClientes (Eso debe ser porque aún no han desembalado los escudos, claro)


¡Pero tío! ¿Para esto te pinto yo el escudo con tanto mimo? ¡Que lo has engorrinao perdido en sólo una batalla!


- ¿Serán acaso unos fieros osos, cubiertos de pelo, negro y horroroso?




Los fieros (y malhablados) osos se preparan para el combate




...se distribuyen por el campo (no he tenido tiempo de cambiar el audio)...



...y se lían a zarpazos.



(unos más que otros)



- ¿Osos ladinos, que me puedan atacar por la espalda en cualquier momento?

Preparándonos para el desfile, con la sana intención de eliminar a los posibles rivales que nos quiten protagonismo.


- O a lo mejor, sólo es alguien que está haciendo el oso.

Ulrick, de los caballeros del Duero, consiguió liar a unos cuantos para marcarse un baile Haka, al más puro estilo de los M&M&M&M. Por cierto, que estaríamos a uno o dos grados bajo cero.


- ¡Qué peligroso! ¡Tendré que poner una trampa para osos!

O mejor dicho, para osas... y es que, si se entra en una furgo a cambiarse de ropa, hay que estar seguro de saber abrir desde dentro, antes de cerrar la puerta y que se apague la luz.


- No te preocupes, Ricitos de Oro, que sólo somos unos osos simpáticos y amistosos.

Conocimos a Edetanii, del Orco Chincheta y habitual de los comentarios de este blog, que nos ha hecho mucho la pelota en su blog. Pero no os creáis que sólo le conocimos a él, mucha más gente se acercó a saludar. ¡Mola que tanta gente te reconozca, y te digan que les gusta el blog!


Con los viejos amigos del campamento se hacen planes para el futuro y se cantan bellas canciones medievales. Y, sobre todo, se mantienen sesudas conversaciones sobre la historia medieval, en las que se tratan temas trascendentes, como los juegos de mesa tradicionales, el Pollito Ninja, o el mismísimo Supertomate.


- Por cierto, Ricitos de Oro, ¿dónde estás, cándida y tierna doncella; que no te he visto todavía?


Ricitos de Oro, preparada para la actuación con la que nos obsequiaron David Fidelis y ella. Digo él.



Y es que la bella tiene muchos pretendientes...



...y Diego, que viene de camino.
(Vídeos cortesía de ElDavid)


- Amigos osos, ¿y a qué habéis venido a Teruel mi casita?

- A refugiarnos de la lluvia, Ricitos de Oro, que en el resto de España ahí fuera está cayendo lo que no está escrito, y aquí no llueve.

Y mira que todo estaba en nuestra contra, que el evento lo organizaban los Fidelis Regi, y además acudía Mariano; circunstancias que desde hace casi un año implican necesariamente una lluvia torrencial. Que copio y pego del correo que me envió un amigo:

Tengo una duda: vosotros qué hacéis, recrear movidas históricas de la
edad media o pasajes bíblicos y os habéis especializado en el periodo del
diluvio???? por favor, por el bien de todos, dejad de hacer el indio
y su respectiva danza de la lluvia (que lo hacéis muy bien) Estamos
hartos de tanta agua.


Sabed que no nos mojamos, incluso aunque la previsión para Teruel no era de lluvia, no... era de nieve.

...y al final hizo hasta hizo solazo y, con los hierros puestos, nos cocimos de calor (Por cierto ¿habéis visto qué fotos más chulas saca Maese Gominolo?)
(foto cortesía suya)


Y colorín, colorado...

- ¡Eh! ¿Va usted a despedirse así? ¡Menudos modales de oso!

Pues también es verdad, que ya bastante fue largarme a la francesa de allí. Me falta el apartado de menciones y agradecimientos.

Porque, una vez más, estuvimos encantados de compartir nuestro tiempo con gente estupenda que no he mencionado directamente en las crónicas, como Harald y Polo (Kombo, se te echó de menos); como David de la OAN y David y los demás Caballeros del Duero; como los Aliger Ferrum y la reciente Milicia Concejil de Medina del Campo; y como tantos y tantos otros, que no menciono por falta de espacio y falta de memoria (que son las 00:45 y mañana madrugo, caramba)

Y, muy especialmente, una vez más mi agradecimiento a los Fidelis Regi en bloque, por desvivirse para que el evento funcionara, por una magnífica organización, por estar siempre allí para echar una mano donde haga falta, y por ser unos tipos estupendos en general.

Me he puesto demasiado serio ¿no? Venga, para escandalizar a los críticos, ahora unas cuantas imágenes de... No, espera, mejor otra cosa.


¡Ah! Enlaces, fotos, historias varias sobre el evento, aquí.

Y las crónicas oficiales, como siempre de la magnífica pluma de Ricitos de Or... digo... don Enrique de Çaragoça, aquí.

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No tengo por costumbre editar a posteriori, pero se han publicado un par de cosas que merecen salir de los comentarios y aparecer en la entrada principal.

Una de ellas es el vídeo que ElDavid ha denominado "Instantes". Trozos sueltos de la fiesta de Las Bodas.


Esto es lo que se vive desde dentro; más allá de los mercadillos, los tenderetes, y las batallas de cara al público, esto es lo que de verdad merece la pena.


Y, ya que nos ponemos a posteriororosos, no puedo menos que recomendar esta crónica de nuestros amigos de La Milicia Concejil de Medina del Campo, que es un auténtica delicia de leer.

miércoles, febrero 10, 2010

Escudos a la carta (2): Órdenes militares con buena pinta.

Mi nombre es Pedro el pintor, y pinto con Procolor.

Na, olvidadlo, la mitad no habíais nacido cuando emitían ese anuncio. Qué rayos, de los que habían nacido, la mitad ni siquiera estaba en el mismo continente en que se emitía ese anuncio. ¡Qué difícil es a veces hacer chistes con la cultura pop!

El caso es que ya daba yo por terminados los escudos que me habían encargado de cara a Teruel, cuando ElCliente y yo nos fuimos liando con el diseño final, el uso que le iba a dar a los escudos, recomendaciones sobre cómo pintarlos... y, al final, una cosa llevó a la otra, y quedamos en que yo pintaría los escudos según los diseños elegidos por ElCliente. Sin duda, una muestra de temeridad por su parte, ya que yo siempre he considerado que la utilidad básica de un pincel es hacer cosquillas en la nariz a alguien que se quede dormido en tu sofá.

El escudo más pequeño estaba claro: hospitalario primigenio.

Así que, ni corto ni perezoso, procedí a pintar de negro el exterior del escudo, respetando una cruz griega del blanco original en su parte superior; cortesía, una vez más, de nuestra vieja amiga la cinta de carrocero.


Así que un par de manitas de negro...


...y enseguida descubres que, cuando se trabaja con un detalle un poco fino, hay que tener cuidado si no quieres que la pintura se corra por debajo de la cinta.


Así que recuerda: pinta siempre desde la cinta hacia la tela; si lo haces en paralelo al borde (como hice yo) la pintura viajará mucho más allá de lo que esperabas. Y tendrás que empezar con un inacabable proceso de refinamiento progresivo, hasta que acabes desesperado y rematando el perfilado a pulso.


Por cierto: si piensas que vas a cagarla... intenta siempre que el remate sea de oscuro sobre claro. Al revés requiere muuuuchas manos de pintura. Fíate de mí: lo sé de buena tinta acrílica.

Y ojo, pintar las cabezas de los clavos de blanco también requiere bastante paciencia. El hierro se oxida, y aparecen marcas marrón-rojizas; hay que dar muchas capas hasta que quedan aceptables. Pero confieso que el resultado me encanta.


El más grande de los dos escudos ha supuesto un desafío a otro nivel. Va a ser un escudo de caballero santiaguista.


pero, una vez más, la cosa se fue complicando. ¿Cómo era en realidad un escudo de la orden de Santiago entre los siglos XII y XIII?

Según pasaban los días, y el diseño no se aclaraba, me permití mostrar al cliente algunas interpretaciones libres de la cruz de San Yago, por aquello de aportar soluciones.

Algunos ven un simpático perrito en esto. ¿Es acaso descabellado ver la cruz del apóstol?


Pero para representar la esencia de Santiago Matamoros, enseña de todo lo Epañó, este emblema es insuperable.


Aunque seamos sinceros: tanto ElCliente como yo tenemos esa vena cañí, y este diseño nos tentó mucho a los dos. ¡Oh, sí! ¡Cálico Electrónico!


No, no os lo toméis a broma. ElCliente realizó una somera investigación, y encontró fuentes documentales que muestran la validez del diseño. Fijaos bien, fijaos.


Finalmente, ElCliente encontró información fiable sobre el tipo de cruz/espada apropiado para la orden en el SXII.

Sí, ya sé que no es precisamente la imagen que uno tiene en mente de una cruz de Santiago, pero el rigor histórico es el rigor histórico. Así que manos a la obra.

Encintamos... (lástima de pomo circular a hacer a pulso siguiendo el trazo de un compás)


Y pintamos.


Y, por mucho cuidado que pongamos, cuando quitamos la cinta, ha pasado lo que tenía que pasar...


Así que repetimos la jugada. Con mucho cuidado, perfilamos bien los bordes. Y entonces...

Entonces fue cuando lo descubrí.

¿No os habéis dado cuenta?

Claro, con la perspectiva no se nota. Fijaos bien.

Más de cerca.


¿Lo veis?

En efecto: el puño y la hoja no están bien alineados. No sé cómo demonios medí, no sé cómo narices marqué las medidas, no sé como rayos coloqué la cinta, y no sé cómo fui tan cenutrio como para no darme cuenta antes. Pero puño y hoja están descentrados por nada menos que siete milimetrazos.

¿Te parece que es poco? En absoluto es poco. Una vez has pintado una cruz a base de numerosas y gruesas capas de rojo sobre blanco, da un cantazo que no veas.

Así que, para solucionarlo, tendremos que hacer un apaño, a base de papel de lija fino que permita rebajar el escalón formado por la pintura con la cinta de carrocero. Y luego... más numerosas y gruesas capas de pintura roja.



Afortunadamente, todo el dibujo estaba un pelín descentrado, y el descuadre se produjo hacia el lado contrario. Así que pude corregirlo sin estronciar todo el pintado. Y la verdad es que no ha quedado del todo mal.

La imagen de la izquierda es un montaje que hizo ElCliente a partir de una foto del escudo en blanco, a fin de que quedara claro el diseño y el tamaño de la cruz. La imagen de la derecha es el escudo real, ya terminado. No está mal ¿verdad?

Así que ya sólo quedan pendientes las dos mejores cosas de todo este asunto:

1.- Como dice el Camarada, conocer por fin a un viejo amigo. Y es que esto de la inten-né es lo que tiene, que acabas con algunos buenos amigos a los que no reconocerías si te los cruzaras por la calle.

2.- Cobrar el trabajo (¿Qué te pensabas?). La factura iba por 68 euros de materiales y 19,3 horas de trabajo para los dos escudos.

Para la pintura, la cosa lleva (de media):

- Diseño, corte, encintado del patrón: 1h 30m / escudo.
- Cada una de las cuatro capas de pintura necesarias: 5 minutos; total 20 minutos / escudo.
- Perfilado final: 25 minutos / escudo
- Correcciones por no saber medir: Tanto como sea necesario. (El cliente no tiene la culpa de que tú estés más empanado que un atún)

Y, en cuanto a materiales, dado que he mezclado botes que ya tenía de otros trabajos, y botes que he comprado específicamente para éste, contabilizaremos, por tener algo en lo que basarnos, el coste de un bote: 12,95€ (tres cuartos de litro de esmalte acrílico mate, marca Bruguer, comprado en Leroy Merlin)

Así que la cuenta final alcanza:

Materiales: 68 + 12,95 = 80,95€

Tiempo: 19,3 + 4,5 = 23,8 horas

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Y en la siguiente entrada, que seguramente se vaya a demorar un poco, ¡hablaremos de Teruel 2010!