domingo, abril 27, 2014

Tentando el textil: una cofia sencillita.

Los más fieles seguidores de esta página se acordarán de que...

- ¿Los qué?

Vaya, hombre, no me libraré nunca del tipo que escribe en azul... Los más fieles seguidores de esta...

-¡Ja! ¡Fieles seguidores de un blog! ¡En 2014! ¡Si encima lo tiene prácticamente abandonado!

LOS MÁS FIELES SEGUIDORES DE ESTA PÁGINA, he dicho, se acordarán de que nunca jamás he publicado ningún trabajo en tela. Bueno, en realidad, una vez publiqué uno, pero no fue cosa mía, sino una par de piezas en cuya fabricación enredé a mi señora madre.

El caso es que ha llegado la hora de corregir este error.

- Ya, y que hace siglos que ni fabrica ni publica nada digno, y ya le da hasta vergüenza, así que publica cualquier chorrada.

No tengo ni idea de qué me está hablando, caballero.

El caso es que, de cara a un evento de este año, mis amigos los Feudorum Domini han puesto sobre la mesa un fallo extremadamente extendido en la recreación de la plena edad media, y muy fácil de corregir: las cofias, que suelen ser demasiado grandes.

- ¡Puffff! ¿Algo que se lleva en la cabeza, y a usted, precisamente a usted, le parece "demasiado grande"? ¿Qué llevan de cofia? ¿Fundas para cubrir barcos?

Una talla 60 es algo perfectamente normal, oiga. Y lo que pasa es que el diseño de la cofia tiende a ser una capucha que cubre toda la cabeza y gran parte del cuello. De hecho, las que yo tengo son más bien descomunales. (No sé qué me verán los vendedores, la verdad)



Y como bien indican los Feudorum, lo suyo es que la cofia sea un poquito más reducida, tal como queda patente en numerosos documentos históricos.




Así que he decidido aceptar el desafío y reducir alguna de mis cofias.

- Pues lo más probable es que la pifie y que se cargue la cofia.

La verdad es que ahí no le falta razón. Casi que va a ser mejor hacerla de cero, y así no rompo nada de lo que tengo. Pero bueno, al menos puedo aprovechar una de mis cofias de dos piezas para sacar el patrón inicial.


Y con la cofia puesta, ir tomando las medidas de por dónde sobra material.


- ¿Qué, no tenemos una cinta métrica, o qué?

Si lo vas a hacer, hazlo con estilo ¿no? Bueno, el caso es que las dimensiones quedan considerablemente reducidas frente a una cofia "comercial"


Hay que dejar un margen adicional de más o menos un centímetro para las costuras y remates, y pasarlo a la tela que vayas a usar. Dos piezas iguales.

- ¡Ja! No le van a quedar iguales ni de casualidad.

¿Acaso se piensa que no lo he tenido en cuenta? Pliegas la tela y la unes con alfileres para que no se mueva mientras cortas las dos piezas a la vez.


Y ni te molestes en quitar las alfileres. Une las dos mitades por toda la costura central, justo por el borde para que no se deshilache.

- ¿Qué tipo de costura?

PARA QUE NO SE DESHILACHE. No tengo ni puñetera idea de cómo se llama esta costura, ni de si es la más adecuada para esto, pero es lo único que se me ocurrió ¿vale? Darle vueltas por encima, una y otra vez.

Y luego, por la línea en la que, según el patrón, coinciden las dos mitades, haces una costura normal.

- ¿Y a qué llama usted "costura normal", oiga?

¡Yo qué sé! Sólo sé hacer la "costura de guarnicionero", y al menos en tela no te dejas la piel y la sangre taldrando antes con una lezna, así que oye...



Eso sí, por supuesto, y para que la pieza sea tan histórica como sea posible, lo vamos a coser todo a mano.

- Vamos, que esta vez no ha conseguido liar a nadie que tenga una máquina de coser ¿verdad?

Sí, exacto.

Antes de seguir, tienes que tener claro qué vas a usar para atar la cofia. Me planteé usar cordones hechos con trenza de dedos, pero las iluminaciones apuntan a que estas tiras también estaban hechas de tela. Así que me decidí por usar unas tiras cortadas al bies.

- ¿Cortadas al qué?

Al bies. Básicamente es una tira de tela cortada en diagonal a la trama del tejido, para evitar que se deshilache por los bordes, y dándole además cierta elasticidad a la cinta.

- Pero ¿eso no puede comprarse ya hecho, para rematar los bordes?

Sí, pero eso es trampa. Lo suyo es cortarlo del mismo tejido. Pongamos que de 50cm de largo por al menos 3cm de ancho.



Lo primero que tienes que hacer es doblar hacia el interior los bordes de la tira, como medio centímetro o así. Y fijarlo con ayuda de una plancha, preferiblemente con un poco de vapor.


Y luego ya se dobla todo por la mitad y se vuelve a planchar, marcando la forma final de la tira. Ojo, no te olvides de doblar hacia dentro el extremo, para dejarlo bien rematado...


... y sigues cosiendo la tira, doblada a lo largo sobre sí misma


Lo normal sería rematar los bordes de la cofia cosiéndoles por encima más tiras cortadas al bies, pero no tengo nada claro que eso sea un remate históricamente correcto, así que me voy a decantar por un dobladillo La tela se dobla sobre sí misma dos veces, de forma que no quede borde deshilachable a la vista, más o menos como hicimos con el bies. Por entendernos, colocas las tiras en los extremos de la cofia, con los bordes doblados así:



Para luego doblar todo ese borde hacia dentro y coserlo todo junto, rematando toda la longitud de la cofia, y recosiendo bien la unión de las tiras para que aguante bien.












Y ya sólo queda probársela...


- ¿De verdad se me ha hecho una selfie de veinteañera? ¡Que se ve que las letras de la camiseta están al revés!

Pues sí ¿qué pasa? En ese momento estaba sólo en casa, qué le vamos a hacer. Al menos, no he puesto morros de pato ni me he maquillado demasiado ¿no?